Los traslados tienen sus partes buenas y sus partes malas y, a menudo, son consideradas como uno de los momentos más estresantes en la vida de una persona.

Puede ser una etapa en la que reinen las cajas de mudanzas, el caos y el desorden pero, ¿son realmente tan traumáticas?

La respuesta posiblemente sea no, así lo demuestra la escala de estrés de Holmes y Rahe, desarrollada por Thomas Holmes y Richard Rahe en 1967.

Este estudio, compara el impacto emocional que tienen diferentes acontecimientos en la vida de una persona, como la jubilación, un divorcio, el embarazo o problemas legales.

El cambio de residencia se encuentra en el número 33 de los 43 acontecimientos, no está nada mal, ¿verdad?

Mudanzas de trabajo, un nuevo comienzo

Y, es que, una mudanza es el comienzo de una nueva etapa. Una oportunidad de cambiar tu vida o, siendo menos drásticos, de replantearnos nuestros hábitos y costumbres. Una mudanza de trabajo puede ser un gran empujón a la hora de cambiar nuestra vida, ya sabéis eso que dicen de “renovarse o morir”.

Si nos centramos en lo positivo, podemos aprovechar las mudanzas, sobre todo las mudanzas internacionales, para deshacernos de todos los muebles y objetos que no necesitamos (los cuales, llevan años amontonados en una caja debajo de la cama o en en los cajones del mueble del salón).

Es una oportunidad para restablecer el orden en el hogar y conseguir vivir de una forma más cómoda y eficiente, conseguir nuevos muebles, darle una vuelta a la decoración o adaptar los espacios a nuestras rutinas.

El porqué de las mudanzas a nivel nacional

El psicólogo de la universidad de Helsinki, Markus Jokela, relaciona el cociente intelectual de las personas con las mudanzas, llegando a afirmar en sus estudios que, las personas más inteligentes tienen una tendencia natural a irse de casa.

¿El porqué? Según Jokela, se debe a que estas personas, sobre todo, entre los 25 y los 29 años, tienen la necesidad de migrar a grandes ciudades, núcleos urbanos en los que poder desarrollarse profesional y personalmente.

Parece ser que sí, una mudanza a Madrid (por ejemplo), puede ayudar a los más jóvenes a conseguir un mejor trabajo, emprender e incluso garantizarles un
futuro mejor.

Aunque, quizá en algunos años, esas mismas personas que decidieron trasladarse a los núcleos urbanos con intereses laborales, vuelvan a mudarse a la periferia u otros puntos del país donde encontrar una casa con más espacio en la que poder iniciar una nueva etapa con un estilo de vida más relajado y tranquilo.

Como conclusión, podemos garantizar que una mudanza es solo el comienzo de una nueva etapa, así que, si logramos dejar a un lado al estrés, podemos incluso disfrutarla.

Por supuesto, todo depende de las circunstancias, por eso,  desde nuestro equipo, os recomendamos contar con personal especializado en mudanzas. Os facilitará el trabajo, resolverá la mayor parte de los posibles problemas frutos de un desplazamiento y hará mucho más llevadera esta etapa.

Y, nuestro último consejo, no des por sentado los precios, ¡existen las
mudanzas baratas!